Las nuevas concepciones y las nacientes tendencias a comienzos del siglo influyeron en los cambios radicales del espacio corporativo: un amplio abanico de posibilidades todas enmarcadas en pos la productividad y las relaciones interpersonales, rigen las oficinas del mundo.

Los años traen cambios sociales, políticos, personales y globales, y el mundo corporativo no se queda atrás. ¿Cuáles son? ¿Qué marcó la diferencia? La clave para ver las modificaciones a largo plazo son las maneras de concebir el espacio para promover la productividad, creatividad y el ahorro energético. La tecnología fue un punto de inflexión.

Según Enrica Rosellini, socia del Estudio de Arquitectura Rosellini, la ocupación de los espacios dio un giro de 180 grados a lo largo de los años. La arquitecta explica que estas modificaciones se produjeron bajo dos grandes hitos: la tecnología y la concientización del ahorro energético, o el cuidado del planeta.

Hoy, los nuevos edificios de clase A son una muestra para entender el cambio de paradigma en el sector corporativo. En ese sentido, Centro Empresarial Libertador, el nuevo proyecto de oficinas de la desarrolladora RAGHSA en el barrio de Núñez, se presenta como una imagen clara de las oficinas del futuro. El edificio está pensado con la mayor eficiencia tecnológica, ahorro energético y sustentabilidad, enmarcado en las normas de certificación LEED. Hace 20 años, estas premisas no existían.

En la década del 90, las tendencias eran otras. En las oficinas predominaban los espacios cerrados, la idea de “privacidad” enmarcada en el encierro. Los lugares de trabajo estaban separados, por lo cual los empleados no compartían espacios, excepto los comunes: cocina, pasillos y sala de reuniones. Si bien esta dinámica delimita de manera clara un equipo de otro y evita la confrontación, están lejos de satisfacer las demandas que se buscan hoy.

“Esos despachos ocupaban siempre el perímetro del courtain wall, o sea, eran los que recibían más luz, mientras que el resto de los empleados se ubicaban en el espacio interior. Esto no sólo producía gran consumo energético, sino que además, la falta de luz afectaba a quienes tra- bajaban en la empresa”, explica Rosellini.

Para la arquitecta, este es uno de los grandes cambios en base a la economía del consumo energético. Al tener espacios abiertos, se gasta menos en aire acondicionado, en luminaria y el ambiente es más sano. Hoy en día, los despachos cerrados casi no existen.

Las oficinas del siglo XXI tienen otras características, en muchos casos opuestas a lo que se entiende por una oficina tradicional. Las plantas flexibles son una de las diferencias principales en el mundo corporativo. Los beneficios que presentaron desde principios del 2000 reconfiguraron la forma de trabajar: mayor iluminación natural, menor consumo de energía, adaptabilidad del espacio para distintos usos, mejoras en la comunicación entre los empleados y un importante ahorro para las empresas. “El espacio por metro cuadrado que necesitan las corporaciones es muy caro, por eso es necesario que se aproveche al máximo, y al mismo tiempo crear una buena sinergia laboral favorable a la corporación”, analiza Rosellini.

Centro Empresarial Libertador tiene plantas libres de hasta 2900 m2 con vistas panorámicas al río y a la ciudad, que Rosellini califica como “majestuosas” por su amplitud y su altura. Además, cuenta con el sistema Building Management System (BMS) que es imprescindible para un nivel máximo de eficiencia en el aire y la ventilación.

Una de las diferencias principales con respecto a las plantas libres radica en el manejo del presupuesto. En la década de los 90, las em- presas tenían que considerar en él las modificaciones que tuvieran que hacer en el espacio que decidieran establecerse. Esto suponía cambio de luminaria y de cables, entre otras cosas. Hoy, las plantas libres están pensadas para ser intercambiables: quien se mueve es el empleado con su computadora. Esto implica que a los desarrolladores se les demande una planta de mayor superficie y con una buena altura de entre piso.

La calidad de un proyecto también se mide a través del abanico de prestaciones que ofrece para los empleados. Actualmente, las corporaciones buscan los mayores amenities posibles. Lugares de esparcimiento, sector para hacer actividad física, auditorio, y la posibilidad de tener comedores son las instalaciones que ofrece el nuevo emprendimiento de la desarrolladora líder: las oficinas del futuro están rodeadas de comodidades. En el mundo millenial, estas representan una visión global del espacio de trabajo como un conjunto de factores que pro- mueven el rendimiento y bienestar.