Por Lisandra Calderón – www.lisandracalderon.com
NO NOS GUSTA, PERO LA ACTIVIDAD INMOBILIARIA TRADICIONAL ESTÁ CAMBIANDO POR EL AVANCE TECNOLÓGICO QUE ES IMPARABLE.
Veinte años atrás, la inmobiliaria redactaba un aviso atractivo sobre la propiedad para publicarlo en el diario del sábado o el domingo, días en que se establecía una guardia inmobiliaria, donde el vendedor esperaba que lleguen clientes.
Hoy enviamos e-mailing, newsletters electrónicos, whatsapp, y publicamos los antiguos avisos de los diarios en plataformas digitales que nuclean toda la oferta. Los interesados ya no buscan propiedades en el diario, sino en internet a cualquier hora, sin importar la edad que tengan. Internet acorto la distancia de tiempo y espacio. Los inmobiliarios ya no contamos con fichas en papel sino que utilizamos los CRM de gestión inmobiliaria.
Pero la información continúa siendo restringida sólo a los profesionales del sector y suele además, estar desactualizada. Esto le produce dificultades, por un lado, al interesado pues en el proceso de búsqueda se encuentra con propiedades que ya se han vendido hace tiempo o con otras propiedades que no existen y que muchas inmobiliarias las publican para generar contactos y ampliar la base de datos. Por otro lado, también dificulta la tarea de tasación del profesional a la hora de buscar comparables y tendencias.
Inteligencia artificial, robots, impresión 3D y 4D, vehículos autónomos, e-commerce, e-learning, domótica, blockchain, criptomoneda, tokens… son términos que de a poco comenzamos a escuchar pero que aún no tomamos conciencia de cuánto se van insertando silenciosamente en nuestro día a día.
Hasta ahora la venta de una propiedad involucra varias partes interesadas: un comprador y un vendedor (ambos con sus respectivos abogados, el corredor inmobiliario, el escribano, el banco que efectúa la hipoteca (también con su escribano), el Registro de la Propiedad, y no olvidemos al cónyuge que debe otorgar el asentimiento (lo que muchas veces no es fácil o rápido de obtener si se está en un proceso de divorcio). Si la operación de compra depende de una ope- ración de venta, es decir, es encadenada, los actores se multiplican.
HACIA EL BLOCKCHAIN O “LA EXPLOSIÓN DE LA EFICIENCIA”.
El ‘blockchain’ es una tecnología que consiste en una base de datos y procesos y puede servir para superar todas las dificultades con que hoy nos encontramos. Esta tecnología hace posible una base de datos compartida con acceso universal en tiempo real accediendo a la información de la propiedad directamente desde la fuente y agilizando el proceso de transacción. No dentro de mucho, la información sobre las propiedades disponibles ya no estará “secuestrada” por los intermediarios y cualquier persona o empresa de cualquier lugar del mundo podrá informarse sobre cualquier inmueble en forma actualizada y en tiempo real. Si se llegaran a registrar todos los inmuebles del mundo en un sistema informático universal habrá más transparencia en los mercados inmobiliarios, en particular con relación a la oferta y a la disponibilidad.
El blockchain eliminará toda burocracia inmobiliaria, además de que permitirá conocer todo el historial de inquilinos y propietarios de cualquier inmueble. Cualquier persona podrá conocer quién ha sido el propietario anterior y en qué valor se ha comprado y vendido en el pasado.
LOS CONTRATOS
La nueva tecnología llevará también a nuevas maneras de venta y alquiler ahorrando costos y tiempo y reformulando la comunicación. Se denominan “contratos autoejecutables” o “con- tratos inteligentes” y los sistemas verificarán que se hayan ejecutado todos los pasos necesarios antes de que se transfiera el dinero del pago, se libere el depósito en garantía, se cancele la cuota del préstamo o antes de que se transfiera el dominio de la propiedad.
El ‘blockchain inmobiliario’ además de tener el registro de las propiedades disponibles, permitirá realizar pagos y transferencias de inmuebles de manera completamente segura e instantánea. Las transacciones también quedan reflejadas en el sistema, proporcionando una mayor agilidad, transparencia y seguridad jurídica.
Es un proceso más transparente que aumentará la confianza de ambos lados y reducirá la burocracia.
LOS INTERMEDIARIOS Y LA REALIDAD VIRTUAL
Cuando compradores y vendedores puedan ver y aprobar por si mismos las transacciones, disminuirán los roles de los intermediarios o incluso desaparecerán. Las comisiones u honorarios quedarán reducidas significativamente y las puntuaciones y opiniones falsas que hoy abundan en AIRBNB o BOOKING ya no tendrán lugar.
Teniendo en cuenta que el vendedor inmobiliario es quien hoy muestra la propiedad, ¿qué sucederá cuando se pueda visitar la propiedad en forma virtual desde el sillón de casa? La realidad virtual y la realidad aumentada harán que los vendedores inmobiliarios sean también me- nos necesarios.
Hoy la realidad virtual ya se proyecta en el espacio físico, alrededor de la persona que tiene los anteojos puestos. Los clientes ya pueden explorar, subir escaleras, bajar por el ascensor a la cochera, asomarse a la ventana para ver las vistas o abrir puertas.
CAMBIOS EN EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD
El ‘blockchain’ puede proporcionar una base de
datos central de títulos para almacenar de for- ma segura y acceder instantáneamente a los registros históricos agilizando la transferencia de dominio de las propiedades. Con el ‘blockchain y los Tokens, desaparecerá la Escritura Tradicional y cambiará el método de prueba de la transferencia.
COLEGIOS INMOBILIARIOS
La regulación de la profesión inmobiliaria está quedando obsoleta pues sigue basándose en le- yes vigentes redactadas hace años sin tener en cuenta el avance tecnológico. Es hora de mirar al futuro y acompañar el cambio que se viene pero se requiere capacitación.
CONCLUSIONES
Aunque dicen que todavía faltan 10 años para el cambio, lo cierto es que le tenemos miedo: la disrupción tecnológica provoca destrucción de puestos de trabajo, pero generará otros nuevos si contamos con educación y formación.
Blockchain es una tecnología disruptiva que cambiará las bases sobre las que nos hemos asentado hasta el momento.
Las leyes tendrán que cambiar para permitir que las tecnologías faciliten las nuevas formas de contratación y suministren seguridad jurídica. Para garantizarla, será necesaria la colaboración entre los innovadores de blockchain y los profesionales del sector inmobiliario en la redacción de la normativa.
Las nuevas tecnologías son herramientas invalorables, pero el éxito no se garantiza si no está acompañada por la capacidad humana. Deberá trabajarse en una disminución del fraude informático y la violación de datos personales de los usuarios de la red protegiéndolos de los hackers maliciosos.
Los intermediarios deberán alejarse de los vie- jos patrones y efectuar un cambio profundo para sobrevivir, internalizando la big data, el block- chain y la realidad virtual, para intentar dar un servicio integral a sus clientes.
Pero de una cosa sí estamos seguros: a los clientes les encanta negociar . Para algunos es un arte. Y para ello por ahora, nada mejor que hacerlo con un agente inmobiliario.