Una vez más, nuestro país se encuentra inmerso en una crisis económica; la fuerte recesión en la actividad y la disparada de los tipos de cambio alternativos nos exigen repensar el futuro para estar atentos a las nuevas oportunidades que puedan surgir.
En un contexto mundial abatido por la pandemia y sus implicancias económicas sociales, cabe destacar que la macro argentina ya se encontraba con una situación sumamente delicada, y que sumada a la problemática actual, provoca un fuerte impacto en la volatilidad del dólar generando incertidumbre respecto al futuro escenario del país (inminente Default, déficit fiscal, inflación, cepo cambiario y pocas reservas). Es evidente que toda esta coyuntura, conlleva aumento del desempleo, pobreza estructural, y limita las posibilidades de inversión producida, además, por la escasez de crédito.
Esta nueva realidad implica un reacomodamiento de los valores de las propiedades, las cuales deberán adaptarse inevitablemente a las nuevas reglas del mercado. Si bien se requiere cierta prudencia para hablar de las oportunidades que ofrece este contexto, se espera que tarde o temprano la crisis sanitaria sea resuelta y la economía repunte; y es allí donde nos encontramos con diversos aspectos positivos para el inversor.
En primer lugar, cabe mencionar que el costo de la construcción estará en sus mínimos históricos, debido al atraso del tipo de cambio oficial y la brecha generada con el dólar libre.
En segundo lugar, el derrumbe en el valor de las tierras por la baja en la demanda, colaborará para generar una opción atractiva para el inversor. Por último, las restricciones cambiarias y la falta de alternativas seguras para resguardarse frente a una posible escalada de la inflación, estimulan tanto al gran inversor como al pequeño ahorrista a optar por una opción segura como puede considerarse históricamente “el ladrillo” en nuestro país.
Tal es así, que vemos el mercado Post-Pandemia con mucho optimismo. Sabemos que nos esperan grandes desafíos en el futuro, pero lejos de ceder al miedo a la incertidumbre, los invito a repensar y construir una realidad que sea desafiante, prometedora y brillante para la Argentina.