Por Rodrigo Menegon argerich

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“No podemos resolver los problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos” – Albert Einstein –

Con esta misma máxima de Albert Einstein, inicie una columna en BRM hace seis años. En esa oportunidad, con un espíritu crítico, y la intención de promover la toma de conciencia respecto a la oportunidad que estábamos desaprovechando como país. Mencione, el caso de una ONG cordobesa (Ceve) que produce placas para la construcción en seco a partir de la utilización del descarte industrial de la cascara de maní. Sustentabilidad en su máxima expresión. Acá encontramos la creatividad y voluntad individual que “pensando de una manera distinta”, logra producir algo nuevo y positivo, que podría lograr un impacto de escala.

Pero, para que los potenciales se transformen en realidades, se consoliden, y logren impactar a escala, se requiere que también el Estado produzca “algo distinto” en materia de planificación y legislación, que permita acompañar a estas expresiones y propuestas individuales. Esto parece sonar muy bien, pero en realidad funciona de manera inversa. Así ha funcionado Argentina desde mediados del siglo xx, y los lamentables resultados están a la vista. Empresas y ONG que hacen o intentan hacer (en el léxico criollo se dice que “la reman”), y un Estado inexistente que excepcionalmente acompaña ex post.

Es por esto que Argentina no se ha desarrollado por ejemplo, en materia de energías renovables, principalmente en la micro escala aplicable a los usos residenciales, corporativos e industriales. Incluso ha desaprovechado el fenomenal avance tecnológico que hoy permite rendimientos y posibilidades extraordinarios, tanto de la energía eólica como de la energía solar. Hoy podemos colocar un molino eólico compacto en el techo de nuestras viviendas, o incluso utilizar vidrio fotovoltaico (genera electricidad!!!!) en ventanas, lucernarios y edificios! En el mundo hoy es una realidad la integración arquitectónica de la energia solar fotovoltaica BIPV (Building Integrated Photovoltaics), mediante el uso de estos sistemas, y será una de las industrias de mayor crecimiento proyectado.

Afortunadamente, en estos últimos tiempos estamos viendo un Estado muy distinto, responsable, que comprende su rol, y ha decido impulsar firmemente la legislación y los aspectos técnicos necesarios para que la comunidad empresarial comience a ofrecer a la sociedad estas soluciones. Concretamente, en diciembre de 2017 se ha aprobado la “Ley de Generación Distribuida”, que permite a los particulares pro- ducir energía renovable desde sus propiedades y entregarla (venderla) a la red de distribuidoras y cooperativas. Viviendas, oficinas, industrias, centros comerciales, sector rural, hoy todos pueden producir energía renovable y aportarla a la red. Esto se implementa mediante la colocación de un medidor bidireccional provisto por la distribuidora o cooperativa, que registra lo que consumimos de la red, y también registra lo que el usuario produce desde su instalación solar y le entrega a la red. Al final el usuario pagará solo por el neto entre lo que consumió y lo que generó, y eventualmente recibirá un “premio” económico, como ocurre en la provincia de Salta.

Celebro este “pensar y hacer” de otra manera, que permitirán que el país resuelva este problema, que significa no contar con recursos energéticos de fuentes renovables suficientes. Sin ninguna duda, a partir de esta etapa creceremos sustancialmente en materia de energías renovables, tal como lo han hecho España, Italia, o tantos otros, donde las renovables representan el 25%, e incluso más, de sus recursos energéticos.