Por Mateo Salinas

¿Quién podía imaginar este año? ¿quién iba a predecir que íbamos a ser testigos y parte de un cambio de paradigma como el que estamos viviendo? Nuevas votas de trabajar, de estudiar de vincularse, de vivir.

Creo que la pandemia generó una nueva forma de trabajar que en algún momento iba a llegar, simplemente la adelantó. Nos trajo el futuro para que viéramos hacia dónde vamos: la vida en las grandes ciudades puesta en jaque, la revalorización de los espacios en la casa, el home office, el contacto con la naturaleza y la vida en las afueras como anhelo familiar. Algunas cosas llegaron para quedarse. Aprender a dar más libertad, más confianza en los empleados. Aprender a disfrutar de nuestra casa, de la convivencia entre el trabajo y familia.

Y acá estamos. Siete meses después, veo todo el camino que recorrió EIDICO, cómo sorteamos obstáculos y pasamos ese primer golpe que significó el parate total obligado. Fueron muchas las dificultades que los desarrolladores debimos sortear en este tiempo: obras paradas en todos los proyectos -frente a lo que nosotros tomamos la decisión de reducir el monto de las cuotas- , el desafío de retomar después de haber frenado varios meses, los conflictos que atravesaron y atraviesan muchos clientes y contratistas. Y por sobre todo, la importancia del diálogo, el acompañamiento mutuo y la experiencia de haber transitado a lo largo de estos 25 años otros momentos de crisis.

Desde el punto de vista comercial las noticias fueron positivas, el boom que vivimos en los últimos 60 días no solo permitió que muchos clientes propietarios de lotes en nuestros barrios pudieran ver realizada su inversión sino que también trajo vida y crecimiento a todos nuestros proyectos. Además, lanzamos la primera etapa de Santa Ana Joven (Tigre) y abrimos la segunda; Marítimo (Costa Esmeralda), suscribimos en una semana San Fermín (Tigre), con una res- puesta impresionante.

Una vez más, el mercado muestra que en las crisis los argentinos se refugian en el ladrillo. Volvimos a comprobar que nuestro segmento es sinónimo de resguardo de valor para muchos. Como consecuencia de este boom inmobiliario, los valores de la construcción -hoy con un m2 bajo- debido a la alta demanda, tenderán a normalizarse a valores previos a esta crisis. Con lo cual todo aquel que haya podido aprovechar la oportunidad para construir en estos meses se vio ciertamente beneficiado. Es que en definitiva las personas no encuentran alternativas de inversión, con lo cual derivan sus ahorros a mejoras de sus casas, y la compra o construcción de nuevos inmuebles, ya sea como uso o como inversión.

En lo social, la pandemia también despertó iniciativas solidarias. Nació “Mesa Solidaria” donde junto a los propietarios y empleados de nuestros barrios nos unimos para preparar cajas de alimentos no perecederos y productos de limpieza e higiene para donar a organizaciones sociales de la zona, a las que EIDICO ya venía acompañando desde hace tiempo a través de este equipo. Además, en Tigre, conformamos la Mesa de Cooperacción, integrada por Desarrolladores, Cáritas, Judaica Norte, Fundación Nordelta, Fundación Avina, Fundación Oficios, Fundación Maria de Guadalupe, Municipio de Tigre, Organizaciones Civiles, junto a vecinos. Gracias a estas iniciativas logramos entregar 12.699 kg de alimento, 9.088 unidades de artículos de limpieza e higiene personal y 464 bolsones de ropa, calzado, útiles escolares, etc.

Por último, el gran desafío de EIDICO es transformar su negocio a la solución de vivienda completa y definitiva. El barrio privado o loteo ya no alcanza y queremos poder brindar también la posibilidad de construir o comprar una vivienda llave en mano, como lo hacemos en nuestra Unidad de Negocio EIDICO Vivienda. Poder encontrarle la vuelta al sistema financiero que se adecúe al bolsillo de la clase media, para ofrecer la solución de casa terminada.