En un momento del país marcado por la incertidumbre económica, distintos sectores están buscando la manera de re acomodarse a los vaivenes del mercado. Los sectores inmobiliario y de la cosntrucción han sido de los que más cambios han tenido en relación a las distintas medidas que se impulsaron en los últimos meses desde el gobierno.

En un año electoral, que inevitablemente genera incertidumbre, el gobierno avanzó con la exención del IVA para vivienda social, introdujo mejoras en el sistema Uvas para cubrir las diferencias que pudieran aparecer entre ajuste salarial y la inflación, está impulsando el registro de boletos de compra venta a través de procedimientos digitales (boleto electrónico), ha renovado los subsidios Procrear, va adelante con la ley de financiamiento productivo que trae beneficios impositivos para los proyectos que se hagan a través de fondos de inversión con oferta pública y que cumplan con los requisitos exigidos y anunció que avanzará con un proyecto de ley con el fin de generar estímulos fiscales por 24 meses para impulsar la construcción. El proyecto consiste en cambios en la ley de impuesto a las Ganancias, la ley de impuesto al valor agregado (IVA) y del impuesto sobre los Créditos y Débitos Bancarios (ICDB).

¿Estas medidas alcanzan para reimpulsar la actividad? Para el arquitecto Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), “es evidente que la macro y la política se impondrán en los próximos meses a la hora de tomar decisiones de inversión”. Y agregó: “Todo proyecto inmobiliario requiere mucho tiempo de gestación, de modo que más allá de la coyuntura, estas decisiones gubernamentales que benefician a nuestro sector son plausibles”.

Como ejemplo se puede destacar la exención para la construcción de viviendas por debajo de los 140.000 Uvas. “En el contexto actual de gran restricción fiscal, ser beneficiados por esta norma debe ser apreciado como un privilegio al que casi ningún sector hoy en día accede”, destacó Tabakman, y opinó que la última medida sobre estímulos fiscales “está bien orientada”. Por otro lado, el arquitecto señala que en ningún ámbito de la vida todo es perfecto. Tampoco en el sector inmobiliario y de la construcción. “Más allá de la importancia que tiene la necesidad de controlar la inflación y el tipo de cambio, hay mucho por hacer. Los bancos, por ejemplo, y sobre todo los privados, siguen siendo un gran actor ausente. No financian ni a corto plazo a los desarrolladores, ni a largo plazo a los compradores”, destacó. Y apuntó: “En todo el mundo son la principal fuente de fondeo del Real Estate. Incluso los renovados Procrear seguirán orientados a unidades usadas en vez de hacer que los subsidios, además de facilitar el acceso a la vivienda, promuevan la construcción, madre de todas las industrias”.

Desde la CEDU, que congrega a desarrolladores inmobiliarios de todo el país, son muy optimistas a mediano plazo. “Estamos aprovechando este periodo para prepararnos para una verdadera reactivación en la que creemos que sin duda sobrevendrá pasadas las elecciones, cuando el panorama se despeje y se relajen los ánimos”, afirmó el presidente de la cámara. Y concluyó: “Nuestro ADN es la construcción, nuestro patrimonio está en ladrillos en nuestro país, invertimos acá y siempre apostamos al largo plazo”.